
Antes que una tienda es un vínculo familiar, el lazo de sangre entre madre e hija que se nutre a través del huerto y lo que de él se cosecha para transformarse en mermeladas, conservas y otros productos que comparten espacio con iniciativas de producción local.
Un estilo rústico de columnas y muebles de madera nos recibe con estantes donde encontramos alimentos, cosméticos, licores, herbolaria, dulces y artesanías. Todo elaborado bajo el mismo principio: armonía con la naturaleza. Al cruzar hacia el restaurante, un jardín verde nos invita a una larga sobremesa. Su menú, tanto para desayunos como comidas, rebosa de color y texturas.
Se agradece sobre todo, la creatividad para incluir vegetales en todos sus platillos. La barra de bebidas es amplia para celebrar con o sin alcohol la existencia de este huerto-jardín.

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